viernes, 20 de marzo de 2015

Viernes Creativo con Leila Amat Ortega

Leila Amat Ortega
Eclipse


La llamaba Ave. Eran tan silenciosa como una lechuza, tan ligera y escurridiza como el agua del riachuelo que se remansa y se hunde, allá en el puente de los espejos.  La  seguía, la imitaba, quería ser ella. “Dime tu nombre, también lo quiero” le rogaba cuando nadie la veía. El día del eclipse se lo dijo: “me llamo Claiborne, Dolores Claiborne”. Ahora ambas son risa y viento.


sábado, 14 de marzo de 2015

Fiesta



No es que esté mal en la casa, no. Descansa sobre sus anillos, cerca de su cabello oscuro. Respira la tibia fragancia que la noche libera y cuando le lee con enmascarado lamento, sus dedos afinados, su mirada algo violenta, le recorren de izquierda a derecha, de arriba a abajo, ¡el espinazo entero! No, no está nada mal con ella, pero cuando cierra los ojos, echa en falta el bullicio, la fiesta internacional de su casa en Oporto. 


Teatro al cubo


Le convenía que le tomaran por loco, en realidad se hacía el sueco.


Imagen de Tambre.org


martes, 10 de marzo de 2015

En la ribera

Maruyama Okyo


Ancladas en la ribera, anhelaban el abrazo del río. Era el viento una alondra. !¿Qué les contaba?! Una a una las estrellas cayeron, buscaban quemar en él el fuego absorto.

París-Dakar-París

Victor Habchy


Pasan cortando el aire en sus fabulosas máquinas voladoras. Tidiane, maravillado, toma carrerilla. ¡Eh, esperadme!, les grita alborozado. Cada una de sus zancadas es vigilada de lejos, por una mirada que solo tienen los ojos de madre: ve-no te vayas-ve-no te vayas-ve-no te vayas. 

Unas pocas carreras después, el sueño empieza. Empapado, rodeado de detritus y la pequeña luz de otras esperanzas, Tidiane está cruzando el estrecho.