sábado, 13 de agosto de 2016

Rosa en el desierto





Cada vez que le ponía palabras al sueño de conocer el otro lado de su pequeño mundo, recibía un regalo de su padre, de su madre, de su pobre hermano o del muchacho que como un bien la quería. Collares, broches, pendientes, anillos, pulseras y adornos para el cabello la iban alejando, lentamente, del camino de sus dunas.


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