CONSIDERACIÓN
A ratos pienso que voy a
desaparecer. El agua que bebo continuamente emerge al instante, gota a gota,
por cada poro de mi piel. He salido a las diez y es mediodía. Me detengo frente
al 41. No se ve un alma por la calle. Sube la cuesta un Toyota tuneado zumbando
salsa. Baja una moto con silenciador. Espero. No sé hasta cuando. El sol cae
sobre mi cuerpo como una manta de pelo. De pronto se abre la puerta y aparece, también acalorado,
el señor Ibrahim. Lleva una bonita túnica de colores. Sonrío por dentro y sin
palabras le agradezco que se haya tomado la molestia. La molestia de vestirse
con corrección sólo para salir un momento, firmar la entrega y recoger su
envío.
Imagen: IMAGUI
No hay comentarios:
Publicar un comentario